¿Cómo seleccionamos nuestros
productos?
Buscamos, encontramos, investigamos, probamos, comparamos, descartamos o elegimos, y siempre nos quedamos con lo mejor.
No nos casamos con nadie pero… ¡lo confesamos!:
de algunas marcas nos enamoramos.
Cuando esto sucede, traemos sus productos desde cualquier lugar del mundo.
¿Qué tenemos en cuenta a la hora de elegirlos?
Para los productos que existen avales bio u orgánicos, como los cosméticos o el algodón, solo seleccionamos aquellos certificados 100% con avales BIO reconocidos a nivel internacional, a la vez que comprobamos que no exista ni la más mínima sospecha sobre la toxicidad de ninguno de sus ingredientes (producto a producto e ingrediente a ingrediente).
Para los que no existen avales que nos satisfagan (como ocurre en el caso de los productos de limpieza y de otros artículos para el hogar), solo seleccionamos marcas que se exigen a sí mismas mucho más que las certificaciones actuales de su sector; marcas cuya transparencia y trayectoria nos demuestran cada día su compromiso con la no permisividad de las sustancias tóxicas.
Además de todo esto, tenemos a María, nuestro “detector de tóxicos” más fiable por su sensibilización central, que entra en contacto con nuestros productos cada día sin que le produzcan ningún tipo de reacción dañina.
En Calidad:
Nosotros solo ofrecemos productos de aseo personal y cosméticos que estén 100% certificados BIO y que sean altamente eficaces. Productos que devuelven a la piel y al cabello el equilibrio natural y el confort que, en muchas ocasiones considerábamos perdido; que no esconden en su composición ni sustancias ni subproductos que puedan contribuir al desarrollo de problemas de salud (diabetes, obesidad, caída de la fertiilidad, cánceres e incluso malformaciones en la descendencia.)
Los productos que hemos elegido para los espacios que habitamos, al no ser tóxicos, también consiguen que disminuyan significativamente los síntomas de afecciones respiratorias o de la piel, migrañas y otros “malestares”, que muchas personas padecen con el uso de productos de limpieza convencionales.
En Sensitividad:
Cada uno de los productos seleccionados nos ha sorprendido muy gratamente. Son tan genuinos que, inmersos en el siglo de las texturas y de los perfumes sintéticos, en algunas ocasiones incluso nos ha costado relacionar aromas y texturas con ingredientes. Reencontrarnos con las fragancias naturales a través de los hidrolatos, las aguas de perfume o los inciensos bio, con las texturas de cremas y aceites vegetales, o sentir en nuestra piel el algodón 100% Bio y experimentar el confort que nos producen son experiencias indescriptibles.
Y no paramos...
Todo ello siguiendo los criterios